Retomo el post anterior con la obra cumbre existencial del genio escondido vecino de los Beach Boys.Me lo encontré vagabundeando en la red no hace muchos años, resultó ser un encontronazo tardío con recompensa.La primera audición de sus doce canciones me generó la misma sensación de cosquilleo que un cruce tímido de miradas adolescentes.Calidez , candidez , una sensación de bienestar no programada que surge del placer del descubrimiento de la música adecuada para un determinado momento.Ahora cada escucha solitaria mientrás escribo sigue suscitándome emociones y relajación.
Cuatro pinceladas breves ,como los equipos de cuatro pistas donde quedaban grabadas sus melodías, esbozan el testimonio musical del talentoso Emitt Rhodes .
"One man beatle" comenzó a tocar la batería en su garaje a los 14 años con los Emerals , después con los Palace Guard siguió fogueándose.Tras su paso por The Merry Go-Round pensó que había llegado su momento para moldear su obra personal.Compró una old four track machine y transformó su garaje en un estudio de grabación .Con 19 años este artesano pop se encerró a componer las canciones , tocó todos los instrumentos , puso todas las voces , produjo y remezcló las grabaciones , ¡¡¡sólo!!!. Lo imagino como en una de esas fotos de familia corriendo a colocarse para salir en el encuadre retardado .... atropellado , pulsando el botón del play con las baquetas en la mano al compás del metrónomo.Nueve meses de experimentación y aprendizaje dieron sus frutos cuando logró sacar de su universo interior sus sueños en forma de melodías. Como algunos manifestaron ,el disco que Paul McCartney hubiese querido grabar cuando se separaron los Beatles.
Dos factores desencadenaron el final prematuro de Emitt : El reconocimiento de la crítica apagado por la confusión de otro disco simultáneo en el mercado y una cláusula escondida en un contrato leonino que lo esclavizaba con su discográfica . Su sentencia de muerte estipulaba la obligación de sacar al mercado 6 discos en tres años.A los 24 explotó y abandonó su proyecto cara al público. Dejó la creación para encerrarse en estudios para ayudar a producir a otros músicos.
Todavía nos queda la esperanza de que los duendes musicales guardasen la inspiración suficiente para entrelazar algunas melodías en los momentos de soledad en su viejo garaje.
El genial cineasta Wes Anderson ,especialista en montar deslumbrantes bandas sonoras , rescató para The Royal Tenenbaums una canción de aquel disco olvidado , Lullabye...
