03 mayo 2010
Soy un soñador , y nadie me entiende....
Retomo el camino marcado y sigo escribiendo.
Hoy salgo de las rutas cotidianas para dedicar unas palabras a un héroe anónimo con el que coincidí en mi adolescencia. Estos días se publicaban en múltiples medios noticias sobre la subida al Annapurna y la muerte de Tolo Calafat , en algunas crónicas se comenta el papel de Jorge Egocheaga en el intento de rescate que también había coronado su undécimo ocho mil.
No me unen vínculos musical con Jorge, siempre ajeno a los rituales canallas de cerveza y rock&roll , lo más parecido a la música que compartí con él fue una especie de lamentable rap coral inventado que cantábamos en San Pedro ( "agua de coco" se titulaba ). Disfrutamos de veranos de juventud asturiana de fiesta combinada con actitudes matutinas espartanas en que nos sacaba temprano de la cama para ir a correr , competíamos en las olimpiadas playeras y recorrimos los acantilados y rocas para consagrarnos como maestros roqueros. Lo recuerdo siempre de chándal con sus flexiones, su pértiga , la canoa, el Cau o en su casa comentando las carreras de Owett, Cram, Abascal, González o Coe.
Pasaron los años y nuestros caminos se separaron , lo más parecido al alpinismo que llegué a practicar fueron las travesía heroicas por Picos de Europa en compañía de mis amigos del Enrique. Jorge, con su tesón, solidaridad y modestia, se ha consagrado y se ha convertido en uno de esos privilegiados que han tocado el cielo más de una vez.
Al ritmo que marcaba nuestro rap cuelgo una de las canciones de verbena de la época que compartí con aquel proyecto de superhéroe ,"soy un soñador", versión de un hit compuesto por Neil Diamond para los Monkees.
Pchcu, pchcu, aaaahh, aaaaah....
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